Litigio mantenido entre Oliva y La Font por la propiedad de la imagen de la virgen
La imagen de la permanecía en el castillo del Rebollet, hasta que se derrumbó por un terremoto y fue llevada a la Font d’En Carrós. Entonces empezó un arduo litigio con Oliva que la pretendía.
Cuando fue encontrada, según cuenta la tradición por unos pastores, fue llevada al poblado del Rebollet, donde permaneció en la capilla del castillo, en el actual termino de La Font d’En Carrós (Valencia) a pocos kilómetros de Oliva.
Permaneció allí hasta el año 1598 cuando fue trasladada por quedar en ruinas el castillo a causa de un fuerte terremoto que asoló la comarca el 26 de diciembre, siendo especialmente virulento en el poblado del Rebollet que quedó totalmente destruido, por lo que sus habitantes emigraron a las cercanas poblaciones de Oliva y la Font, siendo estos últimos más avispados o aprovechándose de las premuras del momento los que quedaron en posesión de la imagen, así como de todas sus alhajas, ropajes y enseres eucarísticos que habían en la capilla.
Por tanto ahora, la imagen de la Virgen se encontraba en la iglesia parroquial de La Font. Empezando al mismo tiempo un fuerte litigio por la custodia de la Virgen, acentuado por la normal rivalidad entre poblaciones vecinas.
Los de Oliva no se quedaron quietos y hicieron llegar sus quejas y súplicas hasta las más altas instancias, el Conde de Oliva y el Arzobispo de Valencia.
El 20 de julio de 1601 dictaron sentencia el entonces arzobispo de Valencia San Juan de Ribera y el Conde de Oliva, Carlos de Borja Centelles-Riusech, sobre el pleito que mantenían ambas poblaciones por la propiedad de la imagen, siendo el fallo favorable a la ciudad de Oliva. Conteniendo el fallo los siguientes 3 puntos:
1) Que la imagen correspondía a Oliva, como cabeza del condado y por tener una cofradía en su honor de fundación inmemorial.
2) Que es tuviera en el convento de frailes franciscanos sin que pudiera ser reclamada su propiedad por ninguna de las dos parroquias.
3) Que no saliera del templo, solamente en grandes necesidades o solemnidades públicas previa acta notarial, de la entrada y salida de la iglesia del convento.
Por este motivo se presentaron los hombres del Conde acompañados de franciscanos que tuvieron que sacar a la fuerza y mediando armas la imagen del La Font, ya que los del lugar no estaban dispuestos a acatar la sentencia.
Sobre este hecho existen diversas versiones, como es lógico dependiendo de la población de la que partan. Lo que si consta es que los de La Font no quedaron quietos y interpusieron queja ante rey Felipe III, que paró en saco roto, y de esta acción viene el llamar a sus habitantes «cabuts», ya que no se conformaron en ningún momento, a pesar de tener en contra al Conde de Oliva y Duque de Gandía, y al arzobispo de Valencia, siendo el vicario general el hermano del conde.
Una vez en Oliva fue trasladada a la capilla del Palacio condal hasta que se reconstruyera el convento de los franciscanos de Santa Mª del Pi que también había quedado en ruinas tras el terremoto, siendo trasladada definitivamente el 4 de octubre de 1606 a su actual emplazamiento en el nuevo convento, excepto durante los años 1836-1855 que debido a la profanación del convento y exclaustración de los franciscanos (desamortización de Mendizabal) fue trasladada a la iglesia de Santa María.
Y excepto durante el período de la guerra civil en el que fue escondida por el vicario de Santa María Fernando Cremades, natural de Bellreguart y José Mª Sanjuán, D. Vicente Cardona y Dña. María Vidal. Una vez finalizada la guerra, volvió a su emplazamiento actual.
La imagen ha sido custodiada a lo largo del tiempo por franciscanos y por carmelitas hasta nuestros días.
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